jueves, 28 de febrero de 2013

A MI NIÑA

"Me siento viva gracias a que llevo dentro una niña curiosa que brinca y lee el mundo constantemente;
 
a pesar de mi cuerpo ya pesado por el desdén de algunos tiempos, mi alma infantil permanece dentro y se descubre hiperactiva delante de mi.
 
A esa niña siempre le agradezco el levantarme llena de optimismo.

La cuido día a día desde nuestro re-encuentro, leyéndole un cuento de la colección. Aquella que he hice pensando  en mis hijos, ahora creo que también en mi.
 
Escucho sus espontáneas necesidades para dedicar un tiempo consciente a ellas. Ahora quiere volver a bailar y trabajo en su deseo.
 
A pesar del ruido acumulado por los años, ahora logro escucharle más atentamente conciliando sus demandas, mis pendientes con la realidad adulta que he asumido, más lejos de cargas y deberes,  con su compañia todo se ilumina de gozo y placer. 
 
Ella jamás escucho los presagios de vecinas  y  las miradas de los incrédulos. Sostenida en la mirada amorosa de la abuela Cande y reflexiva ante el esfuerzo de mamá, leía los libros que le tocaba y se deleitaba con los libros que le gustaban...
 
De piernas largas y juguetona no hubo hazaña que no logrará, trepó árboles con sus amigas como unas verdaderas "Angeles de charlie", patinaba pendientes empinadas, exploraba fincas, se burlaba de los mitos en semana santa y se enfermaba en los días de misa cuando por su estatura tenía que cargar estatuas...

Rebelde natural, argumentativa con papá y mamá, discutía e imponía sin tener "edad"; no hubo diagnóstico en aquel tiempo pues ni al odontólogo facilmente me podían llevar.

La lectura y la escritura fueron complices constantes de que jamás se ahogará ni fuera totalmente apresada.    
 
Gracias mi niña por acompañarme aún luego de los años, hago una oda de amor hacia ti. Ahora que te escucho con más claridad me enseñas a vivir  y no a sobrevivir.."

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